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COLEGIO RAFAEL J. MEJIA
MISIÓN
El Colegio Rafael J. Mejía
tiene como misión ofrecer un servicio educativo encaminado a brindarle
al estudiante una educación integral que conduzca al mejoramiento
de su calidad de vida y el de la comunidad, mediante el fortalecimiento
y la práctica de valores como la tolerancia, el respeto por la vida,
el sentido de pertenencia y la conservación de su entorno, todo
lo cual les permita una sana convivencia para que él mismo
sea autogestionador de su propio desarrollo y el de la sociedad en donde
se desenvuelve.
Además del Bachillerato
Académico diurno y nocturno, la institución ofrece la especialidad
en Media Técnica en Informática, en convenio con la Fundación
Universitario del Oriente Antioqueño, FUNORIE.
HISTORIA DEL COLEGIO RAFAEL
J. MEJIA
La
historia del Liceo, puede resumirse en los datos que el señor Adolfo
Naranjo Giraldo suministrara a la revista "Gentes" en la década
del setenta. Según dijo, aunque antes de 1906 existieron en Támesis
algunas fundaciones de colegios que tuvieron una vida transitoria, como
fueron los establecidos por los señores Secundino Giraldo y Serapio
Restrepo; Alejo Gómez y Rafael Gallego, antes de la guerra de los
mil días, y el establecido en 1904 por el doctor Críspulo
Rojas y don Carlos Ramírez, puede decirse que el primer colegio
se inició en 1904 con el nombre de Colegio de Varones. Solamente
en 1906, con un pequeño auxilio que destinó el Concejo Municipal
de Támesis y con el esfuerzo de los padres de familia, don Próspero
Restrepo abrió un establecimiento de educación secundaria
para continuar con el anterior que orientaba el grado Quinto de Primaria,
establecimiento que denominó Colegio de San Antonio y que regentó
con éxito notable.
En 1908 llegó a Támesis,
procedente de Bogotá, don Joaquín Montoya Cardona, un tamesino
que había cursado estudios en la Normal Central de Institutores
de esta capital, obteniendo el grado de Maestro Superior, quien se hizo
cargo del Colegio y lo regentó hasta 1923, infundiéndole
al plantel un gran espíritu de estudio y responsabilidad. A causa
de una grave enfermedad, se retiró y murió en abril de 1924.
En esa época el Colegio contaba con una Junta Administrativa compuesta
por el Presbítero Manuel S. Gómez, Cura Párroco; don
Próspero Restrepo y el doctor Nemesio Álvarez C., quienes
en vista de la renuncia presentada por don Joaquín Montoya, resolvieron
nombrar para regir los destinos del Colegio al señor Adolfo Naranjo
Giraldo, un tamesino preocupado por la educación de la juventud
de su pueblo, quien venía desempeñando las funciones de Subdirector
del plantel desde algunos años anteriores. Como colaboradores del
Director estuvieron los señores Horacio Gil H., desde 1924 a 1927,
y de este último año a 1936, Manuel Patiño Toro. En
1936, por Decreto de la Gobernación de Antioquia, fue nombrado Director
del Colegio el señor Gildardo Mejía Rojo, quien actuó
con ese carácter hasta fines de 1937. Durante esos dos años,
el señor Adolfo Naranjo Giraldo ejerció el cargo de Subdirector.
Desde 1938 en adelante, volvió a asumir la dirección del
Colegio el señor Adolfo Naranjo Giraldo, quien ejerció ese
cargo sin interrupción hasta la creación del Liceo Departamental.
En esta nueva etapa fueron colaboradores en el cargo de subdirectores los
siguientes señores: Don Luis Carlos Restrepo Mejía, en 1941;
los Presbíteros Gilberto Peláez, en 1942; Carlos Ossa, en
1943; Rafael Ríos en 1944; Luis Díaz Meza, en 1946, 1947,
1950 y 1951; Pedro Nel Ramírez, en 1948 y José J. Zapata
en el mismo año.
Creación del Liceo
Departamental Alejandro Próspero Reverend. (Decreto No. 639 bis,
de noviembre 30 de 1951). En septiembre de 1951, y para aprovechar la presencia
en la ciudad de varios visitadores de Educación Departamental que
habían llegado en comisión de exámenes a un grupo
de aspirantes a puestos en el magisterio, se hizo una citación,
por parte del señor Alcalde Municipal, a las personas sobresalientes
de la sociedad interesadas en conseguir la creación de un Liceo
Departamental para la formación de los jóvenes, exponiendo
a estos visitadores la necesidad de que se cristalizara en algo efectivo
este anhelo general. En efecto, se hizo la reunión en el salón
principal del Club Antioquia a la cual asistieron los señores visitadores
de Educación, Juan Gallego, Eduardo Correa, Miguel Ángel
Álvarez y muchas personas entusiastas de la sociedad, entre las
cuales se recuerdan las siguientes: Jesús Arango, Alcalde Municipal;
Bernardo Restrepo, Personero; Adolfo Naranjo Giraldo, Rector del Colegio
de San Antonio; Dr. Alfredo Correa, Ramón Giraldo Naranjo, director
de la Banda Municipal; Alfredo González, Ángel J. Escobar,
Vicente Restrepo, Joaquín Gómez, Reinaldo Orozco; los directores
de las escuelas urbanas; prestantes damas de nuestro medio social entre
las que se distinguieron Clementina Restrepo de Escobar, Teresa López
de González, Luisa Fernández de Arbeláez, Fabiola
Serna de Restrepo, Celina y Rocío Serna y Blanca Naranjo Serna.
En 1963 se echaron las bases
del moderno edificio que hoy ocupa el Liceo en la parte alta de la población,
en el denominado Barrio Santa Ana.
Los visitadores se manifestaron
muy satisfechos al ver el entusiasmo del pueblo por la educación
y prometieron, dentro de lo que les fuera posible, prestar su colaboración
ante las entidades superiores para que fuera un éxito el proyecto
expuesto. En esa reunión franca y cordial, se echaron las bases
de entendimiento para hacer la solicitud de creación del Liceo Departamental.
Expresó el proyecto, en primer lugar, el Rector del Colegio de San
Antonio, don Adolfo Naranjo Giraldo, y lo secundaron el señor Alcalde,
el Personero y todos los presentes. Cada uno dentro de sus circunstancias,
planteó las necesidades que tenía Támesis en el campo
educacional, y que los jóvenes necesitaban adelantar el mayor número
posible de años de bachillerato dentro de su familia para evitarles
así gastos superiores a sus capacidades y, especialmente, el peligro
de separarlos del hogar en la época en que deben estar más
cerca de sus padres, evitándoles también los grandes peligros
morales a que se verían expuestos.
Algunos días más
tarde, en octubre del mismo año 1951, una comisión compuesta
por el señor Cura Párroco, Presbítero Arturo Martínez;
Alfredo González, Adolfo Naranjo y las señoras Clementina
Restrepo y Luisa Fernández, en asocio de algunos representantes
de la colonia tamesina en Medellín, como el Dr. Rafael J. Mejía
y el Dr. Aníbal Vallejo Álvarez, y las señoritas Rocío
Serna y Blanca Naranjo, se presentó a la Secretaría de Educación
del Departamento, servida en ese tiempo por el Dr. Joaquín Pérez
Villa, y obtuvo la promesa de que sería creado el Liceo Departamental
tan anhelado, y en el mes de noviembre del mismo año, se dictó
el Decreto correspondiente, firmado por el entonces gobernador de Antioquia,
Braulio Henao Mejia, haciéndose realidad la promesa.
Desde 1952 empezó
a funcionar el Liceo con el nombre del ilustre médico del Libertador
Simón Bolívar, Alejandro Próspero Reverend, con un
Año Preparatorio (Quinto de Primaria) y primero y segundo de Bachillerato,
con la respectiva aprobación del Gobierno Nacional. En 1955, cuando
ya contaba con Cuarto de Bachillerato, mediante Rosolución No. 4985
de noviembre 24, el Ministerio de Educación Nacional reconoció
por ese año los estudios del plantel. En 1959, por Resolución
Ministerial No. 5403 de noviembre 5, obtuvo la aprobación de los
estudios de Primero a Cuarto de Bachillerato, "hasta nueva visita", según
consta en el acta respectiva. En 1961, por Ordenanza de la Asamblea Departamental,
se le otorgó al plantel el nombre de Liceo Regional Alejandro Próspero
Reverend, y en 1963, por Rosolución Ministerial No. 4031 de octubre
29, obtuvo la aprobación para los grados Quinto y Sexto de Bachillerato.
El 22 de noviembre de este mismo año, entregó a la sociedad
tamesina la primera promoción de Bachilleres Académicos.
Se graduaron 27 jóvenes tamesinos y de otros municipios. Los diplomas
fueron entregados a los graduandos por el ilustre hijo de Támesis
y exalumno del Colegio San Antonio, médico Rafael J. Mejía,
de quien más tarde el Liceo llevaría su nombre.
En 1966 por Decreto Departamental
No. 1415 de septiembre 28 de 1966, el plantel tomó el nombre de
LICEO REGIONAL RAFAEL J. MEJÍA, honrando así la memoria de
este ilustre médico tamesino, fundador y presidente del Club los
Comuneros de Colombia, director del Hospital La María, de Medellín,
jefe de la Campaña Antituberculosa de Antioquia, profesor de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, representante a la
Cámara, representante por Colombia ante diversos congresos médicos
internacionales y Secretario de Educación Pública de Antioquia,
época en la que se logró con todo su empeño la construcción
de la planta física que ocupa en estos momentos el plantel. Antes
funcionó en las instalaciones que hoy ocupa el comando de Policía
Nacional.
BIBLIOTECA ADOLFO NARANJO GIRALDO
DEL COLEGIO RAFAEL J. MEJIA
La historia de la Biblioteca
Adolfo Naranjo Giraldo se remonta, prácticamente, a la década
del 60, cuando existían unos pocos libros que se guardaban en la
dirección del Liceo, no propiamente para el servicio de los alumnos
sino que eran manejados por los profesores como material de consulta. En
otras palabras, eran volúmenes que se mantenían guardados
bajo llave para que no se empolvaran o se perdieran.
Actualmente posee un inventario
aproximado de 3.000 títulos y 4.500 ejemplares.
OBJETIVOS GENERALES
Salir en la consecución
de nuevos usuarios de la biblioteca. — Agrupar lectores por intereses especiales
— Introducir en la literatura mediante una lectura que pueda comprender,
que además le haga gozar y que también, después de
comprender y gozar, le permita reflexionar — Ejercitar mediante la narración
y dramatización de cuentos, la expresión oral y corporal
como medios de trabajo escolares — Transformar los problemas en soluciones
sobre la base de lo que conoce o puede conocer y continuamente preguntar
y avanzar en la definición de su ser y de su entorno — Inyectar
conocimientos en el aspecto socioeconómico y cultural que nos circunda
— Educar su sentido crítico para que sepan tomar postura ante situaciones
concretas — Sobrevivir, como biblioteca, en este momento de rápidos
cambios, con una sociedad inteligente e informada — Enseñar a descubrir
la vida a través de los libros y la lectura.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Que el niño y joven
no lector o poco lector, descubra el libro — Ayudarle a pasar de la lectura
pasiva a la lectura activa — Desarrollar en él el placer de leer
— Ayudarle a descubrir la diversidad de los libros — Enseñarles
a leer el mundo, la vida, la naturaleza y la mente — Mejorar la capacidad
de atención y escucha — Buscar el sentido de las palabras — Desarrollar
el espíritu de curiosidad — Comprender mejor la lectura — Descubrir
la fantasía en el lenguaje escrito — Ayudarles a saber expresar
sus ideas — Dar importancia a los sentimientos y actitudes.
OTROS APORTES SOBRE NUESTRO
TRABAJO EN LA BIBLIOTECA.
La motivación por
los libros y la lectura la hemos venido haciendo a través de talleres
dirigidos (a muestra de niños de preescolar, 1' 2'. 3' de primaria
y 6' y 7' de Básica Secundaria) en donde se lee en voz alta, se
reconstruye lo leído, se complementa (la mayor parte de las veces)
con canciones, retahílas, videos, juegos, etcétera. Algunas
veces da buen resultado elaborar carteleras, aficlies, dibujos y hasta
dramas. El provecho se ha visto, pero esa misma experiencia nos ha demostrado
que el proceso debe continuar año por año. Es duro reconocerlo
pero hasta 7' hay muchos lectores y de 8' a 1 1' son escasos debido a que
se suspende el trabajo, por la diferencia de criterios en los profesores
del área de español que deberían ser los principales
colaboradores en esta tarea con la bibliotecaria. La ayuda del maestro
es vital para la bibliotecaria, él colabora con la disciplina del
grupo y debe ser otro que ayude a motivar a sus alumnos. El trabajo organizado
y conjunto sirve bastante. A pesar de lo que se acaba de exponer, con agrado
se observa que la semilla plantada del placer por la lectura, desde temprano,
aunque se haya quedado dormida un tiempo, revive con bastante interés
y es por eso que nos convencemos de que vale la pena empezar con los niños
y mientras más pequeños mejor.
Esta biblioteca ha tomado
la iniciativa de aprovechar el espacio que los "grandes" dejan, para ocuparlo
con muestras de alumnos de otras instituciones, preescolares y primaria
y los grupos 6os y 7os de nuestro liceo y animar a la lectura con el signo
de la creatividad que da leer, ver videos, cantar, jugar con las palabras,
crear, fantasear, palpar y acariciar los libros, además de jugar
con nuestro cuerpo y acompañarlo con versos, retahílas, trabalenguas,
todo relacionado en una u otra forma con lo leído.
Creemos y casi estamos seguros'
de que si el proceso se hiciera 1 año de preescolar, 5 de primaria
y 2 de bachillerato, as¡ se suspenda de 8' a 1 1' , los resultados
serían otros porque 7 años de motivación para el alumno
dejan huella, y sabemos que la dejan ya que si ha quedado con solo 2 años
(6' y 7' ) es porque vale la pena empezar bien temprano. El aprendizaje
es cada vez más un acto de elaboración donde el alumno se
ejercita en la comprensión, el análisis, la síntesis
y la evaluación de ideas. Por lo tanto, desde la lectura se les
enseña cómo preguntar, comprobar, elegir, relacionar, asociar,
integrar y comunicar ideas. Aquí hay un desafío para llevar
a la práctica estas sugerencias que promueven la calidad educativa
y sobre todo animar un proceso educativo que dé cara a un mundo
donde sobreabunda la información. Este trabajo interinstitucional
es una puesta en práctica de estas ideas que van abriendo probabilidades
para fortalecer el vínculo entre la escuela y la biblioteca, pues
ella se encuentra en el proceso educativo del alumno y del ciudadano en
forma plena.
QUIÉNES SON USUARIOS.
El personal administrativo,
docente y de servicio del Liceo Rafael J. Mejía de Támesis
— Los alumnos matriculados en la institución arriba mencionada —
Los exalumnos del Liceo — Los padres de familia y su Asociación
— Los alumnos, exalumnos, profesores y directivas de otras instituciones
educativas del Municipio — La comunidad en general.
DERECHOS DE LOS USUARIOS.
Toda persona que haga uso
de la Biblioteca Adolfo Naranjo Giraldo tiene derecho a: Disfrutar de los
servicios, en los horarios establecidos — Utilizar el material disponible
en la biblioteca — Recibir atención en el momento que lo requiera
— Obtener respuestas oportunas a sus preguntas — Gozar de trato amable
y cortés — Disfrutar de un ambiente propicio para la lectura y la
investigación.
DEBERES DE LOS USUARIOS.
Dejar en el control sus objetos
personales — Ingresar a la sala con los elementos indispensables para escribir
— Conservar las normas disciplinarias que permitan el ambiente adecuado
para la lectura y la investigación — Abstenerse de fumar y comer
— Velar por el buen estado de todos los materiales de la biblioteca — Someter
a revisión todo material que sea retirado de la sala — Devolver
cumplidamente el material retirado en calidad de préstamo.
SERVICIOS QUE PRESTA LA
BIBLIOTECA.
Referencia o consulta — Préstamo
a domicilio — Préstamo interbibliotecario — Colecciones rotativas
a las aulas — Servicio de cajas viajeras — Talleres promoción de
lectura — Préstamo de calculadoras científicas a los alumnos
matriculados — Préstamo de videos — Servicios de extensión
cultural: Exposiciones, conferencias, concursos y otros talleres que promocionen
la biblioteca, los libros, la lectura y contribuyan a mejorar la calidad
de vida de sus usuarios — Servicio de extensión a la comunidad:
Dando cabida para que las demás instituciones educativas participen
de nuestras actividades, haciéndoles préstamo en la sala
y a domicilio a los alumnos que se comprometan a respetar y cuidar bien
los libros, invitándolos y aceptándolos a que participen
de los talleres de lectura que se hacen por grupos, recibiendo por escrito
sus participaciones e ideas.
COLECCIONES.
Las colecciones de la biblioteca
están divididas así: Colección general: Comprende
todos los libros formativos y recreativos que pueden prestarse fuera de
la biblioteca — Colección de referencia: Comprende diccionarios,
atlas, enciclopedias, catálogos y todo aquel material que por su
contenido y valor no pueda salir de la biblioteca — Colección de
reserva: Formada por libros de la colección general, de los cuales
no se poseen muchos ejemplares y que son muy consultados. Es decir, la
mínima cantidad para la gran demanda de usuarios sobre su contenido.
Estos libros se prestan al finalizar la jornada de servicio de la Biblioteca
hasta comenzar la jornada del día siguiente, a primera hora.
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