Dentro de los pueblos
surgen obras al parecer irrealizables si ellas no contaran con la
cooperación entusiasta, decidida y constante de ciertos hombres
que surgen también como predestinados.
Por allá a comienzos
del año de 1937, se lanzó la idea de erigir una estatua a
Cristo Rey en el cerro situado al occidente de la ciudad; uno de los primeros
en ponerse al frente de está propuesta fue don Ramón Martínez
Mejía, hombre de aquilatadas virtudes morales y cívicas.
Así se inicia la labor este mismo año, con la apertura del
camino para llevar materiales al cerro, lo que se hacía por medio
de convites, compuesto por cuadrillas de 40, 50 y hasta 80 hombres quienes
provistos de barras, hachas, machetes y pólvora, derribaban la selva
y removían la roca, para abrirse paso.
En grandes bloques de
cemento llego la imagen a la plaza principal y fueron colocados en el atrio
parroquial, permaneciendo allí por espacio de un año, mientras
proseguían las colectas para los gastos de llevada y colocación
en su destino. Quizás fue a fines de 1944 o a principios de 1945,
cuando por medio de un convite monumental amenizado por la Banda Municipal,
fueron llevadas las piezas y en abril de 1945 se inauguró solemnemente
la imagen de Cristo Rey, extendiendo sus brazos de padre celestial a todos
sus hijos.
El cerro Cristo Rey, es
una majestuosa formación rocosa de maravillosa belleza. La montaña
posee pendientes verticales por todos los costados, menos por
el occidente que lo une al ramal montañoso de la torre.
Subir al cerro es encontrarse
en medio de una gran belleza escénica y paisajística,
donde se puede tener una vista suprema del Municipio, de los valles
del Cartama, del Río Frío y de algunos municipios vecinos.
Allí se siente
qué pequeño es el hombre frente a la grandeza
del mundo.
VEN A DISFRUTAR DE ESTA
MARAVILLA NATURAL
TE INVITA LA ADMINISTRACIÓN
MUNICIPAL
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